Cuando se acaba el verano todos nos sentimos más decaídos. Toca volver a la rutina, se acaba el buen tiempo y, especialmente tras el cambio de hora, los días son más cortos. Es normal sentir que tenemos menos ganas de hacer cosas y nos encontremos con menos energía. Aproximadamente entre el 1% y el 10% de la población reconoce haberse visto afectado por la depresión otoñal, un Trastorno Afectivo Estacional (TAE) típico de esta época del año, que afecta a su estado de ánimo, su apetito o su concentración, entre otras cosas.
Síntomas de la depresión otoñal
Norman Rosenthal, psiquiatra y científico sudafricano, describió por primera vez en la década de los 80 el Trastorno Afectivo Estacional, comúnmente conocido como depresión otoñal. Se trata de un tipo de trastorno del estado de ánimo que aparece durante los meses de otoño e invierno en personas que durante el resto del año no sufren síntomas depresivos. Suele presentarse a partir de los 20 años, aunque es posible que aparezca en niños y adolescentes también. Por lo general, tiene una mayor incidencia en mujeres que en hombres, pero se desconoce el motivo.
Aunque cada persona lo experimentará de diferente forma, aquellos que padecen este trastorno suelen presentar alguno de estos síntomas (en algunos casos pueden presentarse todos, en mayor o menor grado):
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Sensación de tristeza y desánimo, presente prácticamente todos los días.
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Falta de energía y más cansancio del habitual sin que haya aumentado el ritmo de actividad.
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Dificultad para conciliar el sueño, que en ocasiones produce insomnio o, por el contrario, somnolencia diurna.
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Aumento de peso, debido al consumo (compulsivo en muchos casos) de comida basura o dulces y, en general, carbohidratos con gran cantidad de calorías.
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Apatía y falta de interés ante actividades que antes se disfrutaban, alejamiento de la vida social y tendencia a la reclusión.
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Irritabilidad y mal humor, así como descenso de la libido.
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Dificultad para mantener la concentración.
Causas de la depresión otoñal
Según los expertos, la principal causa de este trastorno es la alteración de la melatonina y la serotonina debidas a la falta de luz. Por esa razón es más común en los países nórdicos, que en algunos de sus territorios llegan a pasar semanas enteras sin que se haga de día. El hecho de que tengamos menos horas de luz solar trastoca nuestros ciclos vitales, afectando a nuestro sueño, nuestra energía y nuestro estado de ánimo.
Sin embargo, aún hoy, décadas después de haber sido descubierta y catalogada, se desconocen las causas exactas de la depresión otoñal. En muchos casos, es tratada con terapias de luz que ayudan a paliar las horas de sol que se pierden en invierno, y los pacientes muestran mejoría. Pero en muchos otros casos estas no funcionan y resulta más efectiva la combinación de antidepresivos y terapia conversacional. En cualquier caso, es importante ponerse en manos de un profesional, ya sea psicólogo o psiquiatra, que nos ayude a aliviar los síntomas de este trastorno.
Cómo combatir los efectos negativos del otoño
Como hemos mencionado, es muy importante acudir a un experto que evalúe nuestro caso y nos marque un curso de acción. Sin embargo, si notamos que nuestro ánimo decae durante esta época del año podemos incluir en nuestra rutina hábitos sencillos que nos den un empujón:
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Asegúrate de dormir lo suficiente: Tener más energía para evitar el decaimiento empieza por descansar todo lo que necesitas. Por eso, procura dormir las 8 horas recomendadas. Si te cuesta conciliar el sueño prueba a leer antes de dormir, no utilices pantallas antes de acostarte y mantén una temperatura de 18-21º en el dormitorio.
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Mantén una dieta variada y saludable: La alimentación influye en nuestro organismo y es fundamental que incluyamos alimentos cargados de vitaminas, especialmente C y B, así como aquellos que nos aportan proteínas, calcio y magnesio.
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Haz deporte de manera regular: Está demostrado que cuando practicamos deporte estamos generando endorfinas, que ayudan a combatir la tristeza y la ansiedad. Además, nos ayuda a dormir mejor, ya que nuestro cuerpo está cansado y necesita recuperar energías. Así que, elige la actividad que más te guste y disfruta de ella.
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No te quedes en casa: Que no haga calor no significa que tengamos que encerrarnos en casa. Haz planes que te apetezcan con amigos o familia, que te ayudarán, además, a sacarle el máximo provecho a las horas de luz. Salir a pasear, ir al cine o simplemente hacer los recados son solo algunos ejemplos.
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Practica técnicas de relajación: En muchas ocasiones el hecho de sentirnos decaídos o tristes hace que sintamos estrés o ansiedad. Para este tipo de situaciones es beneficioso practicar disciplinas como el yoga o el tai chi, así como realizar ejercicios de respiración guiada o meditación.
Cuidar de nuestra salud mental es tan importante como hacerlo de nuestro cuerpo, por eso debemos prestar atención a síntomas tan distintivos como la sensación de tristeza o la falta de energía. Poniéndonos en manos de profesionales seremos capaces de darles solución y volver a disfrutar de lo mejor de esta época del año. En SALUS contamos con especialistas en los campos de la Psicología y la Psiquiatría con planes adaptados a tus necesidades, ¿aún no eres asegurado? Calcula tu seguro médico y disfruta desde hoy de asistencia médica de excelencia.